
06 Sep Arquitectura Vallés Oriental: las claves para una construcción sostenible
La sostenibilidad y el cuidado del medioambiente forman parte del ADN de nuestro estudio de arquitectura Vallés Oriental. No es para menos. Según el Instituto de Tecnología de la Construcción de Cataluña (IteC), necesitamos más de dos toneladas de materias primas por cada metro cuadrado de vivienda que construimos. Pero la cosa no acaba ahí. Además de consumir recursos naturales, cuando construimos emitimos sustancias nocivas al aire, agua y suelo y generamos residuos en cantidades industriales. Por eso, cada vez son más las voces que apuestan por una nueva forma de concebir la construcción de edificios mucho más sostenible, más consciente de que los recursos son limitados y de que los residuos tienen una marca ecosocial indeleble.
Impactos ambientales de la edificación
Cuando a través de las actividades humanas alteramos el medioambiente o cualquiera de sus elementos o estados, generamos un impacto en el entorno. En el caso de la construcción de viviendas y edificios, esta huella es especialmente elevada por diversos motivos. Y es que desde la utilización del terreno hasta la generación de residuos, pasando por el uso de materiales y el consumo de energía, son muchas las actividades nocivas que rodean a la construcción, un sector que consume entre el 30 y el 40% de la energía en el país.
Por eso, cada vez son más numerosas las voces que, como en nuestro estudio de arquitectura Vallés Oriental, queremos recuperar el concepto de ciudad como sinónimo de prosperidad y cohesión social. De esta manera, la sostenibilidad no es un lujo sino un valor de primera necesidad tanto para la sociedad como para el entorno.
Hacia una construcción más sostenible
La emergencia climática ha hecho que llevemos algunos años escuchando términos como el de “pobreza energética” o “desplazados climáticos” así como la necesidad de llevar a cabo prácticas ecosocialmente menos dañinas, tanto para el entorno como las personas. Así, por ejemplo, la normativa europea y su transposición al ordenamiento jurídico estatal recogen que las construcciones públicas y privadas (desde 2019 y 2020, respectivamente) deben ser edificios de consumo de energía casi nula (nZEB).
Igualmente en las nuevas construcciones, en las que el diseño bioclimático y la orientación juegan un papel trascendental, tiene prevalencia la luz natural frente a la eléctrica, se imponen los equipos y sistemas electromecánicos eficientes energéticamente y se instalan en la mayoría de los espacios controles digitales directos para la temperatura, humedad e iluminación.
Esta nueva forma de construir no solo afecta al consumo de energía, sino también de otros recursos naturales necesarios en estos procesos. Así, cada vez se recurre más al reciclado y la recuperación de los residuos generados, se usan maderas de bosques certificados como sostenibles y se utilizan elementos y sustancias sin Compuestos Orgánicos Volátiles (COV). Y, como no podía ser de otro modo, optamos por la presencia activa de plantas que, de manera copiosa tanto fuera como dentro de las viviendas y los espacios laborales, repercuten positivamente al confort térmico y favorecen una correcta humedad relativa ambiental, así como reducen la polución y los ruidos, entre otros beneficios.
Se trata, en suma, de un nuevo paradigma en la concepción y construcción de los inmuebles. Una máxima mucho más consciente de la situación de emergencia climática que atravesamos y que en Contemporánea, nuestro estudio de interiorismo y arquitectura Granollers, tenemos cada vez más presente.